GESTIÓN Y PERFECCIONAMIENTO DE LA POLICIA
SEÑOR PRESIDENTE:
Para hablar de administración y perfeccionamiento de la Policía convendría "a priori" profundizar el conocimiento que disponemos sobre los principios fundamentales que hacen al génesis, objetivos y métodos de esta agencia, incuestionablemente profesional y de relevancia superior por su compromiso y controvertido quehacer laboral.
CRIMINALIDAD
La comunidad internacional se enfrenta a un desafío mayúsculo tal como surge de la información proporcionada por Naciones Unidas y organismos no gubernamentales en materia de prevención del delito, dando cuenta de un aumento mundial en la frecuencia de la criminalidad convencional y no convencional, destacándose:
Niveles inaceptables de violencia en las ciudades las cuales son cada vez más inseguras para sus habitantes, en un contexto donde se verifica aumento de la pobreza y desigualdades sociales. Delitos interpersonales contra la vida, propiedad y derechos de las personas. Para todo caso, se padece: temor al Delito;
Narcotráfico, drogadependencia, venta de chicos, tráfico de órganos, de armas y ahora debemos sumar a la cartografía delictual : ejecuciones secto-satánicas;
La seguridad con respecto a la delincuencia se encuentra deteriorada durante la presente mitad del siglo mientras se verificaron progresos tecnológicos en áreas como salud, informática, transportes, esparcimientos, etc.;
Falta de oportunidades para jóvenes, glorificación de la violencia y realce de desigualdades promocionadas por los medios de comunicación social, entre otros tópicos;
Importa que: pagar para tener más y más policía, prisiones y estructuras judiciales, no es suficiente para frenar la delincuencia y además, su coste se encuentra fuera de alcance para las economías comunales.
Así también, durante este mismo período se observa un aumento permanente y significativo de empleados policiales en guarismos que reflejan a las tasas de criminalidad en el doble de delitos por agentes policiales, hasta ubicarse en la actualidad, en el doble de delitos por agente policial con notable incremento en asignaciones de tareas administrativas, alguna de las cuales sin relación directa con su misión específica como también, factibles de privatizar. La Policía privada, operó con crecimiento en estructuras, empleados y ofertas al mercado, debido a la notable demanda comunitaria. Todo ello, sin tener incidencia en la disminución del delito.
Continuar en el tema nos llevaría a inferir que el accionar policial - por sí sólo - no guarda relación con el aumento o disminución del delito y, seguidamente, su futuro institucional sería incierto virtud al Modelo Policial Hegemónico vigente y que ha servido de referente para estos cuerpos, hasta la actualidad.
Históricamente, la Policía, ha realizado sus funciones en los aspectos de: Eliminación de oportunidades y Represión (consecuencia de la producción delictual) para lo cual y por imperio de Ley, le fuera diseñada una estructura orgánica acorde.
Empero, la falta de una acción coordinada con otras áreas, procurando el estudio de las causas o factores culturales y socioeconómicos que promueven la delincuencia, ha sido determinante para tener que asumir un fracaso que aún conociendo sus motivos hay quienes lo signan de inexplicable.
¿Qué se espera de la Policía?
No solamente una respuesta profesional en la esfera del 3er. nivel de la prevención (a delito cometido), sino el asumir un rol ineludible en el 2do nivel (anterior al delito) y no solamente en la eliminación de oportunidades, también cumplirá una labor de observación y reconocimiento de las causas culturales, sociales y económicas determinantes para la producción delictual, en coordinación con todos los organismos oficiales y privados comprometidos en la modificación del panorama social y aún más, con la idoneidad necesaria para indicar la oportunidad y grado de responsabilidad que deban asumir.
Esto quiere decir que su tarea orientada al orden, la seguridad e investigación de hechos delictivos, deberá amalgamarse con aquella que le permita la determinación de las causales generadoras del delito en forma coordinada y planificada con necesaria coparticipación interdisciplinaria y multisectorial.
Entonces, para responder a las dinámicas de cambio de la sociedad y como primera aproximación que nos permita distanciarnos del actual Modelo Hegemónico, comprendamos que:
La Institución Policial sólo debe asumir una parte de la responsabilidad en la prevención del delito
Con lo cual llevará adelante mejor su tarea sin las presiones lógicas de una exclusividad actora insostenible.
Además:
La Policía será como la Ley determine que sea
Esto significa que una norma jurídica la definirá, fijará sus funciones, características, ámbito de responsabilidad, etc. de conformidad a pautas propias de cada país.
Empero, no siempre la Ley ha interpretado fielmente el génesis, dimensión y proyección de la agencia policial, limitando así, la posibilidad de actuación plena en los niveles pertinentes de la prevención.
Debemos recordar que estamos hablando de un cuerpo surgido a partir de ofertas y necesidades, demandas y proveedurías que hacen al juego cíclico de las relaciones existentes entre Persona-Comunidad-Sociedad, tuteladas por la Solidaridad: archienemiga de la delincuencia.
Entonces, la Policía nace como necesidad social y por ello, la Ley que la estructure, deberá captar debidamente el espíritu de la Comunidad, otorgándole un soporte profesional-académico necesario para fijarle doctrina, organización y control de gestión. Esto fortificará sus relaciones con la mandante, virtud a pautas de identidad y autoestima de sus integrantes, quienes deberán poseer el exacto equilibrio entre su capacidad operativa y perfil psicológico que los aparte de situaciones impropias, conductas censurables o al margen de la Ley. Así también, brindará reaseguros de su buen empleo, ya sea evitando que su quehacer específico se encuentre viciado por el cumplimiento de tareas supletorias, generalmente normadas por otros instrumentos, por ejemplo: judiciales y/o penitenciarias o bien, apartándola de actuar en cuestiones coyunturales o permanentes de dudosa constitucionalidad en desmedro de su accionar preventivo y en función de la población.
Entonces, verdaderamente, la Policía será:
Un instrumento de la seguridad, ámbito adecuado de la libertad; que la Ley determinará para accionar en un Estado de Derecho y en defensa del Orden Constitucional. Caso contrario, será cualquier otro organismo, pero no Policía
Por lo expuesto, téngase presente que la Policía es un sentimiento y derecho de las personas y corresponde al Estado, indelegablemente, su adecuada instrumentación.
SEÑOR PRESIDENTE:
En atención a lo mencionado precedentemente, esta OBSERVACION:
CELEBRA que haya sido incluido el tema sustantivo: GESTION Y PERFECCIONAMIENTO DE LA POLICÍA en los debates del Noveno Congreso y RECOMIENDA su examen pleno a fin de conocer a ciencia cierta la realidad, dimensiones, potencialidades y proyecciones de la agencia policial;
RECONOCE que el Noveno Congreso ofrece el marco internacional adecuado y pertinente para el debate del tópico que no ocupa;
TOMA RAZÓN Y APOYA el programa de acción de las Naciones Unidas en materia de Prevención del Delito y Justicia Penal;
TOMA RAZON TAMBIÉN de los informes correspondientes a las reuniones preparatorias regionales para el presente Congreso y lo hasta aquí debatido por las distintas delegaciones;
CONSIDERA un compromiso inexcusable y honorífico ante el Noveno Congreso, hacer sus aportes científicos e intercambiar experiencias en la materia;
POR ELLO:
PIDE a los Estados Miembros reconocer en este Foro, a la POLICÍA como un "Agente de Control Social" (externo y colectivo) y; consecuentemente, su rol preponderantemente comunitario;
PIDE TAMBIÉN a los Estados Miembros el formal reconocimiento de la profesión de Policía e INSTA a los Estados Miembros a la construcción de las estructuras educativas pertinentes que soporten con perfil universitario a la nueva disciplina científica. La conjunción Policía/Universidad, permitirá el ingreso de la Policiología al campo de las Ciencias Sociales;
EXHORTA a los Estados Miembros a la comprensión de que la Policía representa un Sistema con dinámica propia. Sólo una parte de ella está vinculada al Sistema de Justicia Penal pero el resto, pertenece prioritariamente al plano comunitario. Por ello la relevancia superior de su misión bisistémica: Social y Penal.
EXHORTA también a los Estados Miembros, a la observación y/o reformulación urgente de sus regímenes policiales que permita saldar la deuda policial interna del Estado, depositario del poder de Policía. Es evidente que los cuerpos a los cuales se delega facultades de Fuerza Pública no cuentan con la adecuada normativa legal para su actuación, circunstancia que vulnera la debida administración de los mismos tanto en lo externo, interno como discrecional.
La debida gestión y el perfeccionamiento de la actividad policial es competencia de su administración con estrecha vinculación a las interacciones que se produzcan entre las actividades externas, internas y discrecionales. Las dos primeras son regladas, reasegurando así sus propósitos de satisfacer los intereses públicos, lograr el mejor funcionamiento del cuerpo y el correcto ejercicio de la actividad discrecional. Respecto de la discrecionalidad, pilar fundamental en que se sustenta un porcentaje importante de las tareas policiales se ejercitará dentro de los límites determinados por la Ley virtud a una metodología no jurídica para fines jurídicos y mediante el exacto equilibrio de mérito, oportunidad y conveniencia. De manera tal que bajo ningún aspecto debemos interpretarla como libre y marginal sino por el contrario es una de las formas de ejecutar la Ley, restringiéndose las posibilidades de su mal empleo, especialmente en situaciones que puedan conformar delito, so pretexto de combatirlo. Esto se apoyará indefectiblemente en la persona de los funcionarios encargados de hacer cumplir la Ley, quienes deberán sustentarse en códigos de moral, ética y responder a óptimos grados de profesionalidad. Por ello, esta calidad de persona, será determinante para la debida gestión y perfeccionamiento de la Policía.
Resultaría conveniente y necesario contar permanentemente con la opinión de estos funcionarios con relación a los cuerpos que pertenecen y las actividades que realizan de manera crítica/constructiva y no por esto se vulneraría sus canales de mando. Es importante su consideración porque en ellos tendríamos verdaderos indicadores de calidad que nos permitiría ejecutar correcciones en los distintos aspectos de la administración policial. Empero, debería tenerse en cuenta, la necesidad de establecer el perfil del Policía Típico, sus condiciones laborales para su comparativa con situaciones ideales y comprender los riesgos personales e institucionales que representa el "estrés policial" y consecuentemente la urgencia de dictar un Código de Seguridad e Higiene en el Trabajo Policial.
Debe reconocerse también la loable misión que día a día llevan a cabo los policías, siempre en constante tensión, distanciados de sus familias y comunidad por factores que en la mayoría de los casos son ajenos a su voluntad y desenvolvimiento y más aún , muchos de los cuales, en porcentajes significativos, percibiendo salarios por debajo de la línea de pobreza.
Sumado a esto, la circunstancia de que en muchas ocasiones al funcionario encargado de hacer cumplir la Ley no se le trasmite con exactitud las tareas que debe realizar; que es lo que se espera de él; padece presiones políticas y su capacitación apenas sobrepasa los niveles para precarias técnicas investigativas y manejo de algunas armas.
EXHORTA a los Estados Miembros a la tutela de los funcionarios encargados de hacer cumplir la Ley, propiciando el dictado de Reglas Mínimas de Seguridad e Higiene en el trabajo Policial;
PROPICIA la institución del "Día Internacional de la Policía" y la semana que lo comprenda, dedicada a actividades tendientes a su enseñanza, de conformidad a lo debatido en la reunión preparatoria celebrada en AMMAN, circunstancia que podría regionalizarse a través de los organismos de las Naciones Unidas;
EXPONE a los Estados Miembros, la necesidad de erradicar de las dependencias policiales a personas privadas de libertad en atención a que no es el rol que la Comunidad exige de su policía y además, su formación no es penitenciaria. De surgir tal situación, la cual deberá ser extrema, estará contemplada la correspondiente apoyatura psicosocial.
EXPLICA que la Policía Social, Comunitaria, no es una alternativa como en algunos foros se planteara. Lo alternativo esta representado a través de la vigencia del actual Modelo Policial Hegemónico que habrá dado positividades en otras épocas pero hoy resulta necesario modificar con la comprensión de volver a sus orígenes societales;
INSTA a los Estados Miembros a evitar situaciones que permitan de alguna manera que la población pudiera asumir acciones compatibles con las policiales, toda vez que sería propiciar medidas de política criminal de imprevisibles consecuencias;
FINALIZA con el agradecimiento a los representantes de los Estados Miembros, representantes de las ONGs., de organismos intergubernamentales, de Naciones Unidas y demás observadores.
NUEVAMENTE, MUCHAS GRACIAS.
El Cairo, abril de 1995.
---