Olfato Policial

 

Raúl Marcelo Cheves para Editorial Seis Hermanas

 

Tan vituperado desde diversos sectores cuanto no es otra cosa que la experiencia profesional, pero que se ha magnificado en cierta medida asociándolo a violaciones a los derechos humanos. Empero vamos a explayarnos sobre el tema pues reviste particular interés para los procedimientos policiales.

El denominado "olfato policial" no es más que una referencia metafórica a una experiencia sensorial unida y difícil de separar del ejercicio profesional, que demuestra percepción, prudencia y sabiduría para reconocer y resolver situaciones más allá de las evaluaciones que la gimnasia intelectual indica.

Lo encontramos siempre presente en la práctica profesional y es su consecuencia inmediata, vislumbrándose en profesionales comprometidos con su labor.

Nadie cuestionaría el empleo del "olfato clínico", es más, su aplicación demostrada, actúa como un llamamiento a pacientes que desean confianza en su profesional médico. De igual manera, la aplicación del "olfato policial" como complemento de su ritual operativo, brinda reaseguros que redundan en la seguridad de los habitantes.

Si pretendemos una policía profesional y diligente, el "olfato policial" como el ejercicio de la facultad discrecional, deben manifestarse como complementos necesarios para su protocolo operativo reglado, pues no representa una puerta abierta a la cara negra de la subjetividad del agente, y por ende al descontrol o la incertidumbre, sino un complemento necesario que juega a favor de principios fundamentales como la razonabilidad, la proporcionalidad y la gradualidad.

En este sentido, algunas instituciones policiales de paises de nuestra región, promocionan agentes de policía sin los conocimientos teóricos necesarios para su desempeño laboral. Por eso, resulta necesario que en el inicio de su carrera y en sus actividades comunitarias sean acompañados con agentes de probada experiencia.

La posibilidad de su mal empleo, no es determinante para desecharlo y desestimarlo como complemento operativo. No debemos adelantarnos a esa posibilidad, y en cuyo caso, el autor responderá ante el sistema de justicia penal, pues el "olfato policial" no significa que el policía sea menos profesional y que en su labor cotidiana pueda hacer lo que quiera o proceder a su antojo.

Tengamos presente dos cuestiones: A. que tradicionalmente al agente policial se le ha llamado pesquisa o sabueso y; B. que utilizamos un americanismo como "tiene cancha" para denominar a quienes tienen ciertas habilidades para afrontar situaciones.

Ahora bien, el diccionario de la Real Academia Española define sabueso como: "1. Pesquisidor, que sabe indagar, que olfatea, descubre, sigue o averigua los hechos". Por su parte, Cancha: "6. Habilidad que se adquiere con la experiencia" y también relaciona: "Reconocerle la capacidad de actuar conforme a su voluntad en determinado asunto". Con la debida aclaración que voluntad no es sinónimo de capricho.

En cuanto al vocablo experiencia: "1. Hecho de haber sentido, conocido o presenciado alguien algo; 2. Práctica prolongada que proporciona conocimiento o habilidad para hacer algo. 3. Conocimiento de la vida adquirido por las circunstancias o situaciones vividas. 4. Circunstancia o acontecimiento vivido por una persona". Tomemos las cuatro acepciones pues para nuestro cometido son válidas aunque particularmente la que mejor se ubica es la número 2.

Entonces, si no se desea emplear la frase "olfato policial" pues para algunas organizaciones no gubernamentales o medios de comunicación social es sinónimo de zona negra y descontrolada, reemplacémosla por la de "cancha policial", pero podría no corresponderse con un léxico profesional aunque de lenguaje cotidiano, entonces resolvamos el tema utilizando "experiencia policial" pues realmente es lo mismo.

Observaciones:

1. Primera edición: Publicado en: diario El Día, La Plata, Argentina: 13 de abril de 2010 en http://es.scribd.com/doc/61318503/Olfato-Policial: 31 de julio de 2011.

2. Segunda edición (corregida, aumentada y actualizada): La Plata, febrero del año del Señor 2015. Fuente: "La cuestión policial: Manual para la aplicación de la ley", Editorial Seis Hermanas, La Plata-Argentina, 2015, (ISBN - 978-987-24197-2-1).

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