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PROPOSITO DE UNA BUENA OBRA DE CHEVES
Atilio Milanta
Los autores, en general, una vez
que decantan entusiasmos y decepciones en punto a la seguridad (y
especialmente a la seguridad pública), suelen describir algunas pautas o
concepciones que delinean tesituras más o menos elementales (o superficiales,
a veces) o se instituyen en propedéuticas para nuevos acometimientos.
Ciertos esbozos (que no son tales) contribuyen a una literatura no muy
frecuente. E incluso, quizá sin saberlo, arriban a una filosofía de la
institución (policial, como es el caso que hoy me ocupa en estas
breves palabras escritas al correr de la pluma a propósito de una buena obra,
como es la de Raúl Marcelo Cheves, que acertadamente la titula Policía
... en Naciones Unidas).
Debiera traer hoy y aquí los textos precisos y claros de los
penalistas que estudié en la Universidad (época en que se estudiaba
"por" libros, que eran verdaderos tratados), quienes
exponían el concepto de peligro común cuando se referían (Sebastián Soler
o José Peco, inter alia) sobre temas de los delitos contra la
seguridad pública (o contra los bienes jurídicos de la sociedad). Pero, los
doy por reproducidos en esta obra que intenta con éxito abarcar la
problemática (ontológica y filosófica) del accionar de una institución
como lo es la policía de la seguridad y el orden públicos. Porque no se debe
olvidar que policía debe diferenciarse de poder de
policía, ya que se trata de dos funciones distintas y distinguirlas
del Estado.
Mientras una (policía) es administración, la otra (poder de policía)
es legislación. El poder de policía básicamente significa la
reglamentación de los derechos de los ciudadanos o del hombre en general,
mientras no se los conculquen por esa vía reglamentaria (Constitución
Nacional, arts. 14 y 28), pues no existen derechos absolutos.
Policía es administración, pero no toda administración es policía.
De igual manera, poder de policía es legislación, pero no toda legislación
es poder de policía. Asimismo, la policía como tal no es sólo la ya
mencionada de seguridad y del orden públicos, pues existe policía del
trabajo, policía impositiva, policía de higiene, etc.
La obra de Cheves tiene impredecibles alcances, pues contiene más de
un tema que la mayoría no conoce bien o simplemente no lo conoce. Por suerte,
en esta obra el autor demuestra conocimiento de la temática en la que ahonda
con prudentes reflexiones no sólo de la represión (que tiende a atacar los
efectos perturbadores), sino la prevención (que tiende a hacer cesar las
causas de tales efectos).
Es una obra bien escrita, por lo que la inscribo sin hesitación ni
dudas en el género ensayo. Por esta razón, no deja de ser una
obra científica. Pero, como he dicho en otras oportunidades, una obra
científica (anatomía, botánica, derecho procesal o de astronomía) se
propone una investigación y dilucidación de la temática que se corresponde
con determinada área de ese conocimiento de la ciencia. Pero, si además de
profunda en tal aspecto, la obra está bien escrita, mejor.
Y estas son las prendas de mérito y valimiento en este libro de Cheves
que lo tengo ubicado entre los que notoriamente exhiben altura conceptual y
científica. Y por ello, merece ser editado. Y es un honor para Dei
Genitrix tal privilegio. Futuras reflexiones del autor, otras
experiencias y legislaciones (bonaerense, nacional o internacional), serán
más que razones, motivos o causas para una esperada segunda edición. Esta
primera colma las expectativas y satisface las apetencias sobre el tema.
Con un pie en el estribo, en viaje a los Estados Unidos con los
comisarios inspectores del III Curso de Estado Mayor de la policía del primer
estado argentino, en la primavera del año del Señor de 1996, dejo en manos
de Raúl Marcelo estas breves (y modestas) reflexiones en La Plata (capital de
dicho Primer Estado Argentino), con los mejores votos de éxito, justificado,
merecido, inevitable ...
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