Reunión Regional Preparatoria para el Onceavo Congreso de
Naciones Unidas sobre Prevención del Delito y Justicia Penal
para América Latina y el Caribe
San
José, Costa Rica, abril 19/21 de 2004
Producción: Raúl Marcelo Cheves (Argentina), Experto Individual Asociado ILANUD.
Tema sustantivo: Corrupción, amenazas y tendencias en el siglo XXI;
Temas relacionados: Terrorismo y Delincuencia Transnacional Organizada;
Trabajo: Corrupción Policial;
Señor Presidente:
1.
Probablemente
la presentación de esta exposición a consideración de los distinguidos
delegados y participantes ante esta Reunión, podría a priori parecer un tópico
de menor cuantía a la luz de los temas sustantivos a debatirse.
2. Sin
embargo, representa una puerta importantísima de ingreso a la corrupción como
a otras figuras por demás relevantes, cuyo tratamiento bien podría significar
la frontera entre la prevención y la comisión del delito, máxime sí su
escenario se sitúa en una de las agencias dedicadas a la aplicación de la Ley.
3.
La posibilidad de comisión de delitos menores sirve de eslabón para grandes y
penosos actos violentos y de corrupción en el ámbito nacional e internacional.
4.
No nos sorprenda entonces que la actuación de un funcionario policial de menor
cuantía dentro de la escala jerárquica de su organización –con controles
precarios, ineficientes o inexistentes- pueda significar y aún determinar el éxito
de operaciones profesionalmente organizadas con propósitos corruptos como
terroristas.
5.
Mas aún, no nos sorprenda que en una jornada de labor como la nuestra, en algún
lugar desolado, descampado o desierto de los que geográficamente caracterizan a
nuestra región pueda estar descendiendo un avión de origen y propósitos
desconocidos, quizás porque el funcionario policial responsable de la seguridad
de ese territorio, oportunamente sobornado y aún desconociendo motivos, autorizó
esa maniobra. Me pregunto entonces qué carga o pasaje tendrá ese avión:
dinero, armas y pertrechos bélicos, mujeres, niños, grupos armados mercenarios
o fundamentalistas, en fin una gama importante de posibilidades.
6.
Porque estamos tan pendientes en las acciones que puedan desarrollarse a gran
escala y por grandes actores que dejamos de lado al delito menor que es
justamente el que interesa y preocupa al habitante de nuestra región.
7.
En este punto radica una gran parte del éxito de los medios masivos de
comunicación social porque ellos se dirigen al ciudadano descubriendo que su
preocupación se centra mucho mas en el robo a la casa de un vecino que en un
defalco a una empresa o en un mega operativo antidrogas.
8.
A esta altura,
no estoy aportando nada nuevo, al sostener que nuestros temas de debate
representan una potencial hipótesis que se comprueba por sí sola. Existe una
conveniente y necesaria relación que se va perfeccionando y expandiendo entre
Corrupción, Terrorismo y actividades delictivas aisladas u organizadas.
I. Introducción.
9.
Está en el imaginario social que la Policía es una Institución corrupta y
violenta, creada para hacerle la vida más difícil al ciudadano y por ende es
mejor no involucrarse.
10.
Pero además existe dentro de la Fuerza toda una clínica de rumores, no
comprobables por cierto, mediante la cual la mayoría casi absoluta de sus
funcionarios policiales tiene el convencimiento qué una minoría minúscula está
inmersa en la comisión de delitos para lo cual mantiene montada una más que
centenaria estructura real pero oculta –vulnerable y vulnerada en los últimos
tiempos- donde se llevan a cabo sistemáticamente las acciones delictivas.
11.
En cuanto al imaginario colectivo, está cada vez más fuerte y mejor sustentado
por el notorio compromiso judicial que en mayor grado vienen teniendo los
funcionarios encargados de cumplir la ley a quienes se le imputa la comisión de
delitos en situaciones relacionadas o no con
el cumplimiento de su misión. Algunos de ellos tienen que ver con apremios
ilegales, exacciones ilegales, cohecho, abuso de autoridad entre otras figuras
de responsabilidad penal, en ejercicio o fuera del servicio.
12. Estas
situaciones se ven preponderantemente impulsadas por los medios masivos de
comunicación social y organizaciones no gubernamentales, los cuales a su manera
realizan investigaciones de control de gestión sobre las fuerzas policiales. En
este mismo contexto, es el ciudadano común que cada vez más está llegando a
la Justicia a denunciar hechos delitos que involucran a la Policía. Muy lejos,
lamentablemente, se advierte la detección y neutralización por la propia Policía
sobre hechos de corrupción cuando tendría que ser a la inversa.
13. Cierto
es que la gente siente (subjetividad) a priori desconfianza en la Policía pues
ante un potencial contacto con ella, tiene la certeza que no le solucionará la
situación que padece y además será víctima de malos tratos, apremios o
exacciones ilegales. Situaciones éstas cada vez más y mejor comprobadas en
procesos judiciales (objetividad).
14. Corresponde
analizar si estamos en presencia de actos individuales o sistemáticos. Pero
cierto es que un agente de policía, forma parte de una estructura jerarquizada
lo cual significa que su desempeño está acotado por especificas incumbencias
conforme su grado y cargo, las cuales son susceptibles de modificación mediante
ordenes de su Superior, asignándole tareas para las cuales deberá estar
capacitado.
15. Dicho
en otras palabras, cada agente policial hace todo aquello que la organización y
sus superiores le indican que haga y además, controlado en su cumplimiento de
fondo y forma como verificado y evaluado en su resultado y rendimiento.
16. Ahora
bien, un caso de violación a los derechos humanos o corrupción, implica que la
Institución Policial ha fracasado en su obligación y deber de auditar
preventivamente la labor de sus funcionarios, de adelantarse a la posible
perpetración de una gama importante y diversa de delitos. No obstante ello, su
respuesta institucional para con los involucrados será de rápida aplicación y
por los mecanismos jurídico-administrativos más idóneos.
17. Porque
en toda comunidad, los agentes policiales estamos para cuidar a nuestros vecinos
y somos depositarios de su confianza por lo que estarían doblemente expuestos y
vulnerados cuando el delincuente que los victimiza, resulta ser un policía.
II.Corrupción.
18.
La corrupción es uno de los presupuestos de la realidad policial que no puede
ni debe dejarse pasar por alto. Si bien no existen investigaciones globales que
permitan concluir sobre el tema, casos aislados de origen judicial, periodísticos,
de organizaciones no gubernamentales o porque no del imaginario colectivo, nos
permite inferir con cierto grado de convencimiento que no es coyuntural ni
aislada, sino sistematizada y estructural.
19.
Es el Modelo que la genera y la necesita para sus fines. Pero la Institución
Policial no es corrupta dado que las instituciones en general podríamos
considerarlas inmaculadas, sino corruptos son algunos de sus funcionarios;
quienes se encuentran inmersos y aceptando las reglas de juego impuestas, haciéndolos
vulnerables primero y a posteriori autores, partícipes o encubridores del
escape delictivo como de figuras del orden administrativo interno.
20.
Para ello los agentes policiales fueron y son conminados permanente pero
subrepticiamente, a cometer directa o indirectamente delitos o a encubrirlos,
bajo sus propias responsabilidades y para satisfacer las exigencias del Modelo
vigente bajo el pretexto de la aplicación de la Ley.
21.
Como
mero ejemplo, si un superior ordena a un subalterno cometer un delito bajo
cualquier circunstancia y éste lo cumple, en la generalidad y sin perjuicio del
encuadramiento referido a cada ordenamiento jurídico local, estamos ante el más
amplio caso de corrupción, generando una zona negra e incontrolada donde jamás
podríamos conocer con certeza, cuántos delitos debió haber cometido el
subalterno para cumplir con aquél que le fuera ordenado.
22.
Una vez más nos apartamos de la doctrina del derecho y nos permitimos la
licencia desde el punto de vista del ciudadano común pero sin perder el perfil
académico que nos guía, para comprender que más allá de las definiciones
estrictamente jurídicas, un delincuente es un delincuente así eventualmente y
por las causas que sean se encuentre vistiendo el uniforme de policía de manera
tal que un agente de policía es corrupto en el sentido más amplio de vocablo
por cometer o dejar que cometan delitos sea cual sea su compromiso y estando no
en funciones.
23.
Un policía corrupto será entonces el que abusa de su autoridad, quien comete
exacciones ilegales, quien hurta o usa indebidamente los bienes del Estado,
quien malversa fondos públicos, quien protege o desprotege zonas confiadas a su
responsabilidad como toda figura prevista en la codificación legal local con la
circunstancia agravante que implica su condición de tal.
24. En este mismo contexto, reconocemos que un agente policial mal pago y en condiciones laborales inadecuadas; una dependencia policial con escasez de personal, recursos materiales y financieros, pero obligada a trabajar como si los tuviera; un Estado que conoce perfectamente la falta de recursos en general de su Institución Policial pues no los suministra, pero conminándola igualmente a cumplir su misión como si contara con ellos a la vez que exigiéndole eficiencia, eficacia y responsabilidad; son aspectos generadores y regeneradores de corrupción. La trama se cierra con la existencia de una doctrina íntima e inconfesable, entre el Estado y la Policía, ejecutada por esta última y desconocida para la Sociedad, la cual además de impedirle toda participación en la cosa pública, la somete a su control y regulación.
25. Algunos ejemplos inmediatos de un sistema corrupto son el hurto de dinero destinado al mantenimiento de las dependencias policiales, el uso de vehículos oficiales para beneficio personal, de igual manera el uso de la telefonía institucional, la simulación de viáticos y combustible hasta el pedido concreto de dinero o efectos a particulares para hacer o dejar de hacer acciones inherentes al cumplimiento de sus funciones, tales como –entre tantos rubros- la prostitución, los comercios de compra y venta de automóviles o de expansión nocturna.
26. A
esta altura, ya hemos analizado la realidad policial comprendiendo que es
producto de un modelo policial hegemónico. Asimismo dijimos que la Institución
Policial lejos de ser corrupta es inmaculada porque la corrupción está en
algunos de los funcionarios policiales que la integran de manera tal que si
existe corrupción es porque hay funcionarios que quieren que exista y generan
situaciones necesarias para que ello suceda.
27.
La
corrupción necesita fundamentalmente de funcionarios policiales aptos y
permeables a situaciones ilícitas. Mucho se menciona y aquí también lo hemos
hecho de malas legislaciones que dan origen a malas estructuras que provocan
ineficacia e ineficiencia en la labor policial interna y externa. Pero todo ello
si bien es importante por sí solo no logrará un esquema de corrupción en
tanto y en cuanto no existan funcionarios que hagan o dejen de hacer cosas para
beneficios e intereses inconfesables.
28.
Debemos
tener presente que los niveles de corrupción se manifiestan en convenientes
escenarios de permisividad delictiva que son también directamente
proporcionales al grado de tolerancia o desentendimiento social para este tipo
de flagelos. Por ello el rechazo de la comunidad debe ser contundente y sin
excepciones, desestimando códigos alternativos inconfesables que dan sustento a
los dobles mensajes, a la vez que demostrando y participando permanentemente y
con marcado interés en la cuestión pública e intereses del Estado.
29.
La
Policía forma parte del Estado y lo representa en todo momento y circunstancia
ante su Comunidad de manera tal que es difícil comprender por no decir
imposible que la corrupción sea exclusivamente, en su acción y efecto de los
funcionarios policiales.
30.
Empero,
reconocemos que el permanente contacto con el delito establece una muy débil
frontera entre el rechazo y la aceptación a la corrupción como instrumento de
poder y ganancias personales. El abanico de posibilidades que ofrece una
conducta corrupta, compromete al agente policial de diferentes maneras pero
todas ellas convergiendo en su responsabilidad criminal. Efectivamente pues si
bien es autor por la comisión de delitos de corrupción propiamente dichos y
tipificados en el ordenamiento jurídico local; la producción de otros actos
criminales aislados y de diferentes naturalezas los compromete como partícipes
o encubridores.
31.
Para
todo caso la conducta corrupta es delito o connivencia con el delito donde la
magnitud de lo recaudado u obtenido no es variable atenuante o agravante sino la
permisividad, fragilidad o tendencia con que la asume el funcionario policial.
30.
Un
buen comienzo es una política institucional contra la corrupción a partir de
una exhaustiva selección de personal. No cualquiera puede ser policía y sin
embargo comprobamos que muchos lo son. Es preferible que no se produzca ningún
ingreso a la Fuerza Policial a que ingresen personas que no reúnan lo máximo
exigible.
31.
Y
decimos lo máximo exigible pues el futuro policía, quien tendrá autoridad
para regular los derechos constitucionales de los habitantes, deberá demostrar
y comprobar un alto grado de formación educativa, pues nos asegura que
existieron diferentes controles sociales y educativos previos. Le seguirá una
excluyente capacitación profesional y seguimiento de su comportamiento y
conducta por parte de la Fuerza. Finalmente un minucioso y continuo monitoreo de
su carrera con el fin de seguir observando su comportamiento y conducta a la vez
que verificando su rendimiento profesional.
32.
En
su condición de trabajador deberá estar muy bien asalariado y garantizarle el
respeto pleno y absoluto de todos sus derechos en función de una dedicación
exclusiva para una labor insalubre y riesgosa que no debe admitir excepciones
salvo cuando sean de carácter voluntario y siempre y cuando no representen
peligro.
33.
Este
agente policial debe desarrollar sus tareas en una Institución definida y
regulada por una correcta legislación que determine una adecuada estructura
organizativa y funcional y un cuerpo axiológico orientado a la aplicación de
la Ley como derecho humano fundamental y los debidos controles de gestión que
detecten y corrijan cualquier situación inconstitucional. Contará además con
una planificación integral, producto de un pulido diagnóstico institucional
que permita conocer a ciencia cierta en qué situación se encuentra su Fuerza y
qué necesita para lograr su misión. Esta planificación contendrá el lugar a
ocupar y tareas a desarrollar por cada uno de sus agentes como los mecanismos
para verificar el cumplimiento del plan policial y ante imponderables llevar a
cabo las correcciones que correspondan.
34.
Porque
todo aquello que sea improvisado y eventual coadyuva a favor de la corrupción
pues además de posibilitar la generación de riesgos en la protección
ciudadana y del agente policial, permite que algunos funcionarios encuentren
oportunidades para llevar a cabo acciones ilícitas, muchas veces basadas o
enmascaradas en cuestiones de necesidad y urgencia con el pretexto de una ágil,
practica y debida gestión.
35. Dicho esto, baste analizar la estructura
organizativa y funcional de una fuerza policial, el régimen legal que la
sustenta como el sistema axiológico que inspira el cumplimiento de su misión;
para determinar si representa un escenario propicio a la corrupción.
III. Control de gestión y evaluación de la labor policial.
36.
Un
tema medular es el control de la gestión y evaluación de la labor policial que
necesariamente debe existir en todas las estructuras organizativas y funcionales
democráticas.
37.
La
base filosófica para este propósito, estará orientada fundamentalmente a la
prevención, mediante la detección, identificación y neutralización, a través
de actos ejecutivos sobre cualquier situación de carácter organizacional y/o
jurídica que condicione o posibilite tanto el fracaso de la operatividad
policial como de acciones corruptas.
38.
En
este sentido, todo anteproyecto determinará los mecanismos de sustento con el
fin de ofrecer el espacio institucional interno y adecuado para cumplir con este
ineludible requisito de toda buena administración, sin perjuicio de otros
sistemas estatales previstos para el acceso externo y fluido hacia la organización
policial con propósitos similares.
39.
La
policía debe brindar un servicio eficaz, eficiente, de calidad y
fundamentalmente, honesto y fuera de toda sospecha, situación que amerita ser
verificado y evaluado permanentemente.
40.
Es
necesario entonces cuantificar y cualificar las actividades orientadas a la prevención
del delito, buscando conocer cuánto ha bajado como las de control del
delito permitiendo conocer índices de intervención, neutralización y
esclarecimiento como las actividades relacionadas a la anticorrupción en todas
sus posibles facetas.
IV. Inteligencia Policial.
41.
No
solamente los Sistemas de Control de Gestión y Evaluación de la Labor
Policial son necesarios, es suma importancia tener vigente un apropiado Sistema
de Inteligencia Policial, integrado al sistema nacional de cada país.
42.
Si
bien y lamentablemente fuera históricamente mal empleada, debe estar convocada
para desarrollar un papel significativo y relevante en la determinación de la
realidad criminológica del ámbito de responsabilidad territorial donde se
ejerza la misión policial para trabajar en la investigación criminal mediante
la reunión y análisis de toda la información correspondiente a las sucesivas
etapas del “iter criminis” preponderando los escenarios predelictuales y
consecuentemente la postdelictual.
43.
Así
también conocer al oponente, determinar su perfil y modo de operar para
adelantarse a sus acciones y neutralizarlo. Su producción laboral, tendrá
incidencia directa en el despliegue operativo y metodológico policial con el
propósito de lograr una saturación de verdaderos y potenciales objetivos para
la delincuencia, accionando para evitar su proliferación y adelantándose a la
comisión del delito y/o neutralizar su producción.
44. Pero la falta de ésta, conlleva a un trabajo
improvisado y a ciegas, realizando una saturación indiscriminada y desesperada
de objetivos que torna insostenible todo esquema de prevención por lo costoso y
desgastador para finalmente fracasar y lamentarnos de las consecuencias.
45. Ahora bien: ¿Cómo bajamos entonces esta línea de trabajo al regresar a nuestros países o cuando regresemos del Onceavo Congreso de Tailandia?. Pues convirtiendo sus resultados en políticas públicas servibles (eficaces y eficientes), posibles e inmediatas para nuestros compatriotas.
V.
Corolario.
46.
En
síntesis.
Se:
a.
Recomienda
la Aplicación de la Convención de las Naciones Unidas contra la Delincuencia
Organizada Transnacional y protocolos conexos (Convención de Palermo);
b. Recomienda la aplicación de la Convención de
las Naciones Unidas contra la Corrupción;
c. Reconoce la interrelación existente entre
corrupción, terrorismo y delito organizado transnacional;
d. Recomienda la implementación de políticas públicas
e institucionales eficaces y eficientes para los órganos de aplicación de la
ley contra la corrupción y delitos conexos, en todos sus niveles de compromiso
y con participación comunitaria;
e. Legisle conveniente y especialmente para los
organismos de aplicación de la Ley;
f.
Desarrollen estructuras organizativas y
funcionales para las instituciones encargadas de aplicar la ley a la vez que
renovar la filosofía de su cuerpo axiológico;
g. Establezcan y sostengan adecuadas condiciones
laborales y sociales de los funcionarios públicos encargados de hacer cumplir
la ley, comprendiendo especialmente la selección, capacitación, salario y
seguimiento profesional;
h. Determinen mecanismos idóneos de control de
gestión y evaluación de la labor de los órganos encargados de hacer cumplir
la ley como de los funcionarios que los integran;
i.
Fortalezca un Sistema de Inteligencia integrado
en el ámbito nacional, regional e internacional.
Muchas Gracias.
Seminario: No 3
Referente: Medidas y Prácticas óptimas para la Prevención del Delito, en particular en relación con la delincuencia en las zonas urbanas y los jóvenes en situación de riesgo.
Introducción.
1.
Quisiera comenzar con la lectura de una nota periodística cuyo texto dice:
“Considerando el Gobierno comprometida la tranquilidad y el orden público, en la escandalosa multitud de robos y asesinatos que a todas horas y diariamente se cometen en esta ciudad y sus extramuros, cuyo desorden procede, sin duda, del retardo de la sustanciación de las causas y castigo oportuno a tan detestables delincuentes”
Ciudad
de Buenos Aires, periódico La Gazeta, abril 24 de 1812.
Hoy
se renueva aquí y a más de 190 años, el tratamiento histórico de la
Seguridad Pública Regional.
Criminalidad.
2.
A través de la información producida por Naciones Unidas, advertimos que se
verifica una tendencia mundial, lineal y ascendente en los últimos 40 a 50 años.
Esta tendencia se verifica tanto para delitos convencionales como no
convencionales, es decir, esta aumentando toda clase de delitos en todas partes
del mundo.
3.
En este mismo contexto, un informe digno de citar data de 1991 que identifica
factores asociados a la producción del delito, tales –y entre otros-:
a.
Pobreza infantil relativa;
b.
Aislamiento en las familias;
c.
Edad promedio de compromiso con el delito entre los 15 a18 años;
d.
Bloqueo de oportunidades para los jóvenes;
e.
Abuso de drogas, glorificación de la violencia y la desigualdad por los medios
de comunicación;
f.
Fracaso escolar;
g.
Uso de armas de fuego.
4.
En el mismo
informe se consignaba también que se había producido un crecimiento estable de
funcionarios policiales a partir de la década de 1960 y en los 30m años
seguidos rondando el 50 % de incremento.
Dado
que las tasas de delincuencia también han crecido como hemos visto, hoy en día
hay prácticamente el doble de delitos registrados por agente de policía que
hace 30 años.
Con
relación a la Seguridad Privada, el número de empleados en el mismo período
se ha cuadruplicado a la vez que la inversión para la oferta y la demanda.
5.
Como este informe fue originariamente elaborado para países centrales tales
como Canadá, EEUU, Gran Bretaña, Francia y Japón. Quisimos efectuar una
comparativa con nuestro país, específicamente la Provincia de Buenos Aires.
En
1980, la Policía Provincial contaba con poco más de 28.000 efectivos y en
1990, su dotación pasaba los 41.800 empleados. Esto significa un aumento
absoluto del 49,35 %. Durante ese mismo período, la Justicia Provincial entendió
en el Fuero Penal sobre algo más de 78.479 causas (1980) y pasadas las 238.500
causas (1990), significando un aumento absoluto de 3,04 veces de aumento.
Podríamos
haber obviado los cuatro centésimos en el último dato pero sería desconocer
la iniciación durante 1990 de más de 3.000 causas y con ello cercenar el
trabajo anual de al menos dos magistrados.
6.
Traducidos al trabajo policial, durante la misma década, los indicadores nos
demuestran que se inicia con un aumento considerable en la cantidad de delitos
cometidos, situándose por debajo de los 40.000 (1980) para ubicarse por encima
de los 120.000 (1989), demarcando una diferencia con relación a los delitos
esclarecidos que se inicia por encima de los 20.000 y concluye por encima de los
60.000. Hacia 1990, se cometieron 123.537 delitos en general de los cuales se
esclarecieron 73.731 importando la detención de 46.555 personas entre mayores y
menores de edad.
7.
Cabe destacarse que el mapa policial para 1980 se componía de 15 Unidades
Regionales con 179 Comisarías y 20
en 1990 con 325 Comisarías.
En
correlación con lo dicho, para 1980 se fijó un número de personal mínimo
para todas las Comisarías que en su totalidad debían poseer como mínimo
33.160 efectivos, recordando entonces lo ya dicho que en ese año, toda la policía
provincial estaba compuesta por mas de 28.000 personas.
En
1990 se comprobó que el área de seguridad correspondientes a las Comisarías,
estaban trabajando con 10.032 efectivos policiales menos lo cual representa un déficit
del 30,2% con relación al mínimo operacional necesario fijado para 1980, es
decir diez años antes.
Como
podrán ustedes haber advertido, la tendencia mundial en este parámetro se
corresponde en nuestra Provincia. Ergo, a nivel país y para los últimos años
de la década pasada, la demanda de seguridad privada alcanzaba el 30% en
aumento.
8.
La Policía es un operador que trabaja en todos los niveles de la prevención,
ya sea en la eliminación de oportunidades (saturación de objetivos) como en
colaboración con los demás integrantes del sistema tendientes a modificar
convenientemente el desarrollo social.
9.
Es importante tenerlo presente, pues existe una tendencia generalizada a
confundir Sistema de Seguridad Pública con servicio de Policía cuando esta última
y su despliegue operativo forman parte de la anterior. Lo cual significa que ser
un operador de la seguridad no implica, o no es condición suficiente para ser
policía; dando con ello una significativa apertura para que todo sistema de
seguridad, sea integrado y planificado en función de una multidisciplinariedad.
10.
Quede entonces desestimada esta creencia general y tradicional que ubica a la
Policía como única responsable de la seguridad pública, la cual importa un
tratamiento interdisciplinario y multisectorial de manera tal que bajo ningún
aspecto recaerá en la institución policial la erradicación de las causales de
la violencia y el delito.
11.
Históricamente, la Policía abordó la problemática de la delincuencia pero
debe comprenderse que es solamente responsable de una parte del accionar de la
delincuencia e integra el Sistema de Seguridad Pública. Con ello desestimamos
toda posibilidad de sistemas de seguridad ciudadana basados únicamente en la
trilogía Policía, Justicia y Penitenciaría como proyecto o salida cuyuntural
pues podemos caer en situaciones gendarmes de impredecibles consecuencias a la
vez que sin resultado en la disminución de la delincuencia.
12.
Debemos hacer una fuerte apuesta a la prevención sobre todo en sistemas
multidisciplinarios e intersectoriales basados tal vez en la Gestión
Comunitaria en Seguridad, dentro del cual funcionará nuestra Policía
comunitaria.
13. Para ello debe haber una fuerte voluntad política para su puesta en marcha y más aún para su sostenimiento.
Muchas Gracias.
----